Dolor de Espalda: Tratamiento con PRP
Probablemente no pienses tanto en tu espalda hasta que de repente experimentas un dolor intenso… Nuestro especialista Ernesto Díaz MD bien lo sabe ya que lleva muchos años tratando este tipo de dolores y obteniendo excelentes resultados con el tratamiento de inyecciones PRP para tratar el dolor.
El dolor de espalda es la razón más común por la cual las personas faltan al trabajo o acuden a la consulta médica. La buena noticia es que hoy en día existen tratamientos efectivos para poder tomar medidas y prevenir o aliviar el dolor crónico. En este post te contamos los síntomas, las causas, el procedimiento y el resultado del tratamiento PRP para el dolor de espalda.
Dolor de Espalda: Síntomas
Los síntomas más comunes del dolor de espalda son las molestias constantes o de forma intermitente, la sensación de hormigueo o ardor y el dolor punzante y crónico cuando este permanece por más de tres meses. Otros síntomas son cuando se extiende el dolor a la zona de los glúteos, cuando realizas un giro, levantas algo o cuando caminas.
Las dolencias más comunes son la lumbalgia, la dorsalgia y la cervicalgia. La primera es la dolencia en la zona lumbar que incluye espalda y cintura. En muchas ocasiones se siente el dolor en los glúteos y muslos. La dorsalgia se manifiesta con un dolor agudo en uno de los lados de la espalda. Ubicamos esta zona entre los omóplatos y casi siempre se producen estas dolencias por mantener malas posturas. Por último la cervicalgia es el dolor en la nuca y las vertebras cervicales que en ocasiones se extiende al cuello y la cabeza.
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Dolor de Espalda: Causas
A medida que envejecemos es más probable que comencemos a experimentar el dolor de espalda. Esto se puede deber a una variedad de causas. Entre ellas tenemos la osteoporosis, la artritis, la rotura de un disco y la distensión muscular o de los ligamentos.
También podemos encontrarnos con factores que pueden incrementar el riesgo de sufrir dolores de espalda o intensificar el mismo si ya lo tenemos. La obesidad, la falta de ejercicio, algunas enfermedades como la artritis, el tabaquismo y la edad, son algunos de estos.
El Tratamiento PRP (Plasma Rico en Plaquetas).
Las inyecciones de PRP (Plasma Rico en Plaquetas) ayudan a los pacientes a reducir los dolores crónicos de tendones, ligamentos, músculos y articulaciones lesionadas. Son increíblemente beneficiosas para quienes viven con dolor crónico y no han visto mejoras importantes en su salud con otras terapias de inyección similares.
El tratamiento usa la sangre del propio paciente que contiene proteínas bioactivas. Estas proteínas son las que promueven y manejan el proceso de curación del cuerpo y tienen un papel fundamental en la regeneración de los tejidos lo que puede llevarlo a su estado normal muy rápidamente.
Para obtener el plasma rico en plaquetas se extrae una muestra de la sangre del paciente y se procesa en un equipo de centrifugado especial. Esto nos permite concentrar las proteínas que serán inyectadas a continuación en el área afectada y que son las encargadas de regenerar los tejidos.
Antes de administrar el tratamiento, el especialista evaluará la salud general y el historial médico para valorar la elegibilidad.
Resultado Tratamiento PRP
Las inyecciones de PRP ofrecen un resultado regenerativo, antiinflamatorio y analgésico. Además de acelerar la recuperación, disminuyen el dolor y mejora la articulación, el músculo o el tejido tratado.
El tratamiento es sencillo y poco invasivo por lo cual el paciente podrá regresar a la normalidad tras 24 a 48 horas. Debido a que el proceso requiere sangre del paciente y no medicamentos esteroideos, el proceso puede repetirse varias veces al año. El efecto máximo se siente a los 20 a 30 días después del tratamiento y pueden durar aproximadamente un año.
El doctor Ernesto Díaz MD., especialista en Splendor Medicina Regenerativa en Miami, tiene años de experiencia ayudando a pacientes a mejorar su salud con este tratamiento con PRP que también es beneficioso para tratar muchos problemas de salud como la osteoartritis de rodilla y hombro, articulaciones lesionadas o artríticas, roturas del manguito rotador, fascitis plantar crónica o lesiones de LCA (lesión del ligamento cruzado anterior).
